dijous, 12 de maig del 2016

Reflexió-Pregària dijous 12 de maig 2016

Bon dia.  Hoy haremos una reflexión sobre uno de los defectos más feos del ser humano: LA ENVIDIA.

La envidia es una emoción que intoxica nuestras relaciones interpersonales, nuestra forma de conectar con quienes nos rodean.  Sufrimos nosotros y hacemos sufrir a los demás.

El envidioso tiene una gran dificultad para celebrar los éxitos de los demás, ya que realiza una comparación inmediata en la que siempre sale perdiendo.

La envidia te hace desear lo que el otro tiene y en consecuencia busca destruir a esa persona.  Se puede envidiar las notas de un compañero, un cuerpo bonito, el dinero que gana el otro, etc.

Nace de la sensación y creencia de que nunca se tendrá lo que el otro tiene.

El  envidioso lleva “la procesión por dentro”.  Se trata de personas con carencias emocionales y baja autoestima, que reprimen iras, las tienen guardadas y acribillan a los otros con diferentes estilos de actitudes o lenguas afiladas.

Existen unos consejos sencillos para dejar atrás la envidia:

  • Tener fe en uno mismo: se debe confiar en uno mismo. Eso quiere decir que esa persona se quiere y respeta  que sabe que es un ser valioso.
  • Hay que aprender a no meterse en la vida de nadie y dejar de mirar a los demás:  no se debe juzgar ni culpar a nadie de nuestros problemas.  Los quejicas no resuelven nada.
  • Hay que descubrir y explotar la propia singularidad:  nadie puede competir con la singularidad de uno mismo.  Las personas somos únicas porque hay que ser lo que uno es, ni mejor ni peor que el otro, distinto.  Cuando una persona quiere ser como otra se está comparando.
  • No se debe criticar al otro:  no se debe estar pendiente de lo que hace el otro.  Debemos descubrir lo que nos hace únicos.  Vivir y dejar vivir.
  • No se ha de competir con nadie, solamente con uno mismo.  No se ha de mejorar lo que el otro consiguió sino superar nuestros propios logros.
  • Cuando uno siente envidia invierte la energía en lo que el otro tiene: sus notas, su coche, su casa, sus amigos . . .  Hay que buscar nuestras propias oportunidades.
  • Es mejor admirar que envidiar.  Las palabras envidiar y admirar vienen del latín y quieren decir “yo veo” y “yo miro a” respectivamente.  Las dos palabras están relacionadas con la vista pero la diferencia es que la envidia provoca rabia y la admiración motiva.
  • Se tiene que aprender de los que ya han logrado lo que nosotros deseamos.  Admirar sin temores, reconocer y felicitar a quienes ya han llegado a las metas, porque si ellos lo han conseguido nosotros también podemos hacerlo.
  • Por último, se han de buscar los consejos de la gente sabia y la sabiduría vendrá a nosotros.  Nunca hagas lo que no te gustaría que te hicieran a ti.